El primer día de mercado en Berlín (que es el primer día del festival, pero empieza antes de la apertura oficial de la muestra) es, podría decirse, a la vez caótico y tranquilo. Es caótico porque todos los vendedores (o Exhibidores) están todavía terminando de armar sus stands, recibir sus materiales y programar sus proyecciones para potenciales clientes. Y es tranquilo porque mucha de la gente que participa va llegando con el correr del día, y no se vé todavía el movimiento que ya se empieza a ver el segundo día, y hasta el quinto o sexto, donde la concurrencia empieza a declinar, las películas se mostraron casi todas y, se supone, muchos de los negocios importantes están definidos o por definirse.
El primer día, entonces, está más bien hecho del (interminable) viaje, la llegada, y algunas primeras impresiones.
1. El Viaje. Venir a Berlín desde la Argentina implica un viaje de mas de 15 horas desde que el avión sale de Ezeiza hasta que aterriza en Berlin, 4 horas de diferencia horaria (que el primer día se sienten) y una conección forzosa en Madrid, Paris, Milan o Frankfurt, dependiendo de la línea aérea. A todo esto hay que sumarle el cambio de temperatura: del húmedo verano porteño al invierno alemán donde la máxima, los últimos días, apenas supera los cero grados. La movida para los distribuidores argentinos es forzosa si se quiere participar en algún mercado, pero es optativa para los europeos, lo que explica lo mucho que cuesta hacerlos venir a, por ejemplo, Ventana Sur.
2. La Llegada. El viaje del aeropuerto a Postdamer Platz, donde está el Martin Gropius Bau (sede del mercado) es lo suficientemente largo como para echarle un vistazo a esta ciudad increíble. Dada la intensidad laboral y social alrededor del MGB, que rara vez deja tiempo para recorrer Berlín, siempre es recomendable aprovechar ese vistazo. Además del frío, uno toma rápidamente contacto con la proverbial Organización Alemana: el proceso de acreditación y la atención a los participantes es muy buena, y es raro que se dé algun desencuentro entre el staff del Festival y los concurrentes. No termino de entender si la diferencia con nuestros festivales y mercados locales es presupuestaria, cultural, o ambas.
3. Primeras Impresiones. Como decía, el Mercado todavía está bastante tranquilo, y llegar tarde (como fue mi caso) no ayuda a encontrar ni siquiera a los vendedoes en sus stands (especialmente cuando, como hoy, los stands nórdicos regalan bebida a granel a partir de las 6 de la tarde). Hay una percepción de que el negocio de la compra y venta de licencias de películas está remontando la cuesta de la crisis financiera, pero que a la vez las formas y posibilidades de explotación de cine están cambiando rapidísimo. Tan rápido que surgen preguntas como si todavía se venden los derechos de DVD cuando el formato está casi desaparecido, aparecen películas de autor en 3D (caso el documental sobre Pina Bausch, o el de Herzog de las pinturas rupestres), se genera demanda de un tipo de películas (el documental) antes casi imposible, y muchas otras sorpresas propias del tiempo de transición hacia vaya a saber uno dónde en el que nos toca trabajar. Y que por suerte nos toca, cada tanto, en Berlín.
seguiré tus crónicas, abrazos! Cynthia
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