- A diferencia de la primera reunión en el subsuelo del INCAA, esta vez no sólo no hubo una reunión previa con los exhibidores, sino que incluso se comenzó sin la presencia de la mayoría de los programadores de los multipantallas, respetando a aquellos que llegaron en horario.
- A diferencia de reuniones anteriores, donde se perseguía la participación y el debate, esta vez fue mas a título informativo. La Resolución que ordena los estrenos nacionales y los circuitos iba a ser firmada mas allá de lo que sucediera en la reunión de hoy.
- Y lo que sucedió fue, mayormente, cierto disgusto de parte de los exhibidores. Principalmente aquellos que se verían implicados en el llamado Circuito Ampliado, y que se vería obligado a completar su Cuota de Pantalla con el material presuntamente menos comercial del cine argentino.
- Los programadores de multipantallas (destinatarios del material supuestamente mas comercial) también quisieron saber por qué no podían elegir, si querían, el material del otro circuito y cumplir cuota con el. No terminé de entender si esto fue por solidaridad con sus colegas "ampliados", si era para defender su libertad de elegir lo que quisieran, o simplemente para oponerse a algo.
- En la reuniòn, además del equipo de Fiscalización, estaba Liliana García, encargada del área de comunicación y responsable de otorgar los $30mil a las películas que opten por el C. Ampliado (salas y complejos de hasta 6 pantallas). Su opinión de que cualquier película puede ser comercial si se la comunica bien generó un rezongo general entre los dueños de salas y programadores.
- Un programador asegurò que, con la lista de pelìculas en la mano, podía prever cuántas entradas iba a vender cada una con un margen de error mínimo. Al rato, un colega aseguró lo mismo. Me pregunto por qué esta gente no pone una distribuidora y se llena de plata. Son casi superpoderes, en serio.
- Se repitió desde el Instituto la vocación de profesionalizar la distribución, obligando a los distribuidores a presentar planes de estreno realistas. Es una gran idea, y quizás detrás de eso encontremos una soluciòn mas de fondo, aunque diría que precisa para ser posible de un plan más amplio de formación en distribución. Con la amenaza de superar este obstaculo administrativo seguramente no alcance.
- En ese sentido, muchos exhibidores opinaron que la solución es hacer menos pelìculas, más comerciales. Y tengo que admitir que, en un punto y con matices, estoy de acuerdo. Hay que pensar en el Contenido, y eso es un problema de producción, no de la distribuciòn ni de las salas. Hay que pensar en la cantidad y la calidad de nuestras pelìculas, y el destino que persigue cada una. Hay demasiadas películas queriendo comer del mismo plato...Si esta medida no resuelve el problema del cine argentino en salas, hay que pensar què se puede hacer con esas pelìculas que incluso con la mayor de las protecciones del Estado, siguen fracasando en taquilla.
- Queda todavia la duda de como se van a arreglar dos distribuidores que tienen pelìculas en una misma fecha para arreglar entre sì la postergación de una de las dos. Es cierto: esta obligación va a traer diálogo, pero va a ser difícil que se convierta en un sistema exitoso si la discusiòn no tiene parámetros, o si no arbitra el INCAA.
- Esa como otros puntos de la resolución quedaron en dudas, a la espera de la puesta en marcha del Calendario, en menos de un mes. La impresiòn que queda después de este procesode presentación es que, de haber mejores ideas, van a incorporarse. Pareciera haber ese espiritu saludable de parte del Instituto. El resto ya queda en manos de las películas, y el público.
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