19 jun 2011

Faltazo

(Publicado en Haciendo Cine 115) 
Traigo a colación 3 contenidos periodísticos aparecidos en las últimas semanas, dos de ellos en HC: 1- En una editorial de Diego Batlle en Otroscines titulada “Reivindicación de las escuelas de cine”, Diego destaca el nivel de las producciones salidas de escuelas de cine locales, muchas de ellas exhibidas con buena repercusión en el último Bafici. En un momento, dice “creo que la función de las instituciones educativas es vital, necesaria y muy fecunda para la renovación generacional que toda industria requiere: con su inmensa capacidad de producción se han convertido en la principal cantera de nuevos talentos”. 2- En el número anterior de HC, en la nota sobre Bafici, varios de estos realizadores admiten (no sabemos si con preocupación) planes de distribución austeros o inexistentes para sus películas. 3- En los últimos números de HC se publicaron las propuestas de muchas de las escuelas de cine argentinas. De las 16 relevadas, sólo una (el 6.25%) incluye la Distribución en la descripción de sus contenidos; ninguna (0%...) la incluye entre sus materias importantes: y entre sus cuerpos docentes, poblados en general de profesionales en actividad, no encuentro a ningún colega.

Una conclusión posible de este rejunte sería que en las escuelas de cine argentinas se les enseña a los alumnos a producir muy buenas películas pero no les explican cómo hacer para que alguien las vea. O podemos decir que, en términos académicos, la distribución de cine se divide en dos grandes grupos: de un lado los que no saben, y del otro los que saben pero no quieren enseñarlo.

Supongo que muchos realizadores deben pensar que la tarea del distribuidor es, precisamente, del distribuidor. Pero, ¿qué pasa cuando a ningún distribuidor le interesa tu película, o cuando a tu película no le interesan los distribuidores posibles? El escenario hoy, y esto no puede repetirse lo suficiente, no es el mismo que hace algunos años, ni que hace algunos meses. Antes estrenar películas tenía buenas chances de ser un negocio, entonces los distribuidores tomaban muchas películas y los productores descansaban en eso. Ahora hay muchas chances de que un estreno sea un fracaso de público y no quedan distribuidores, entonces estrenar no tiene sentido porque “no es negocio” y los productores también descansan en eso, renunciando muchas veces a un trabajo de distribución serio. Esta interpretación de la crisis no podría ser mas lamentable, y me pregunto cuánto tiene que ver la falta de formación de los realizadores en este rubro. Sobre todo cuando podría pensarse que ante el derrumbe de la distribución tradicional de cine independiente, la desaparición de un “estreno standard” que funcione, y también de los intermediarios, los realizadores tienen la oportunidad (y la obligación, me parece) de ser ellos mismos los distribuidores de su propio material, incluso cuando eventualmente elijan asociarse a un distribuidor. El derecho de autor en manos del autor, administrado por el autor, aprovechado por el autor… ¿no suena bien? No tengo una estadística en mente, pero sería bueno repasar caso por caso y determinar cuántas de las películas argentinas que se estrenan por año (y cuántas de las que no llegan a estrenarse) necesitan realmente un distribuidor que tome control absoluto de sus derechos y les diga “cómo se hacen las cosas”. 

Distribuir cine no es una ciencia oculta, ni una lotería. Hacen falta una serie de conocimientos, organización y recursos para llevar una estrategia de lanzamiento adelante. Conocer la película que se tiene entre manos, en términos de público, preferentemente desde su gestación, definir sus objetivos, trazar un plan, presupuestarlo, armar un equipo, implementar la estrategia elegida, evaluar los resultados…y volver a intentarlo. No es una receta para el éxito, claro, pero sin dudas minimiza el riesgo de fracaso. Y todo hace pensar que si las escuelas y universidades de cine incluyeran estos contenidos en su programa aumentarían las posibilidades de que un realizador tome las precauciones y decisiones necesarias para la distribución de su película. Porque si él no sabe qué es lo mejor para su película, ¿quién puede saberlo?

4 comentarios:

  1. cómo es para las peliculas no argentinas ni de las "mayor", de las peli independientes de cualquier paìs, quièn las trae? el distribuidor es el que se preocupa por conseguir el material y después que camino siguen esas pelìculas, tambièn depende de la cadena de cine que quieran o no proyectarla? Gr.

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  2. Hola Barabarabam, de esas películas se encarga el distribuidor independiente, que siempre trae material a riesgo de que las salas no se la quieran programar
    saludos,

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  3. Cual es la escuela de cine que si tiene entre sus contenidos tiene la distribucion?

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  4. Según la cobertura de HC, es la nueva escuela de Luis Puenzo, en Palermo

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